Los jubilenials están en plena forma. Les gusta viajar, comer, hacer deporte y disfrutar de su tiempo libre. Disponen de más calidad de vida y renacen una vez finalizada su etapa laboral. Sin embargo, el aumento de la esperanza de vida hace que muchos de ellos se replanteen implementar una estrategia de gestión activa de sus finanzas para disfrutar todavía más de su jubilación. Y es que vivir más años es una magnífica noticia para todos, pero, bajo la óptica financiera, implica un cambio de mentalidad: tradicionalmente, existía un ciclo de vida del inversor bastante definido en diferentes etapas según la edad. Éste se basaba en asumir un mayor riesgo cuando se es más joven para aprovechar los beneficios del interés compuesto desde una visión de largo plazo hasta, en la fase más próxima a la jubilación, optar por los activos de menor riesgo, procurando preservar el capital como paso previo a iniciar una fase de desacumulación del capital después de la retirada laboral. Pero hoy en día con el aumento de la esperanza de vida se ha difuminado la división entre los ahorradores según su edad, puesto que muchos jubilados son inversores activos que buscan rentabilidad.
¿Qué podemos hacer cuando llegamos a la jubilación para no arriesgar todo el patrimonio cosechado durante tantos años y continuar maximizando las ganancias?
1. Definir el objetivo de la inversión
Antes de empezar a contratar nuevos productos o seguir con los que ya se tenían habrá que plantearse cuál es la finalidad de la inversión. Es decir, si lo que se busca es disfrutar hasta el momento de lo que se ha acumulado, si se quiere consolidar el patrimonio para rescatarlo a corto plazo o, en caso contrario, si lo que se persigue es obtener mayores rentabilidades para compensar la inflación. Una vez decidido el objetivo de la inversión será necesario definir el perfil de riesgo y, sobre todo, el horizonte temporal. Y es que no invertirán en los mismos productos quienes estén acabados de jubilar (que cuentan con un horizonte temporal más amplio), que las personas que tengan una edad más avanzada.
2. Valorar las necesidades de liquidez
A la hora de decidir el destino de la inversión durante la jubilación, la edad es un factor importante. Sin embargo, lo que marcará el perfil del inversor durante este momento, más que la edad, serán sus necesidades de liquidez. Esto implica que, progresivamente, se irán necesitando los ahorros que se hayan invertido, por lo cual será conveniente ir reduciendo el perfil de riesgo de manera gradual.
Junto con las necesidades de liquidez, otro factor que jugará un papel fundamental en nuestras inversiones será la inflación. Por eso, si reducimos el perfil de riesgo habrá que elegir productos que consigan batir, al menos, la subida progresiva del IPC.
3. Plan de pensiones: ¿rescatar o no?
Una de las acciones más recurrentes cuando llega la hora de jubilarse es la de rescatar el plan de pensiones. Sin embargo, rescatar el plan no es para nada obligatorio y no siempre es la mejor opción. Además, es posible continuar realizando aportaciones periódicas si todavía no se ha iniciado el cobro de la prestación de este mismo plan u otro que se hubiera contratado.
Pero, si lo que se quiere es rescatar el plan, existirán dos opciones: la primera será para aquellos que, una vez jubilados, tengan su patrimonio invertido en productos que les continúen generando ingresos. En este caso, la opción recomendable es dejar el plan invertido para que continúe generando rentabilidad. Y es que este producto figura en el IRPF como rendimientos del trabajo, por lo cual elevará considerablemente el tipo al cual habrá que tributar.
La segunda opción contempla a aquellos inversores que, por cualquier motivo, quieran recuperar parte de su plan de pensiones. Para estos, si todavía cuentan con otros productos la fiscalidad de los cuales es más beneficiosa a la hora del rescate, lo mejor será reembolsar antes estos productos. Si solo se tenía dinero depositado en un plan y se quiere rescatar una parte, lo más conveniente será hacerlo priorizando las aportaciones hechas antes de 2007, puesto que con estas es posible obtener una reducción del 40% en el IRPF.
4. Buscar rentas periódicas
Para complementar nuestra pensión y continuar teniendo ganancias durante la jubilación existen algunos productos en los cuales se pueden invertir dependiente del objetivo. Si lo que se busca es recibir rentas periódicas, una de las opciones es invertir en compañías con una buena política de dividendos. Sin embargo, antes de depositar todo el dinero en alguno de estos activos será necesario analizar su negocio, balance y nivel de deuda y, sobre todo, diversificar.
La planificación financiera era un proceso que idealmente se empezaba al acceder al mercado laboral y se extendía durante décadas para llegar a la jubilación con una estabilidad financiera. Pero, para la mayoría de las personas, aterrizar en la jubilación hoy en día, exige continuar con la planificación financiera.
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